El verano ya está aquí, y con él, las excusas para salir a entrenar bajo el sol.
Pero antes de que empieces a correr por la playa como si estuvieras en una película de Baywatch, hablemos de cómo tu ciclo menstrual puede influir en tu rendimiento.
No es magia, es ciencia, y te prometo que no te vamos a sugerir que sincronices tus zapatillas con las fases lunares.
El poder está en tus hormonas:
Durante la fase folicular, que empieza con la menstruación y dura aproximadamente la mitad del ciclo, ocurre algo mágico (bueno, es más biología que magia).
Tu cuerpo empieza a aumentar la producción de estrógenos y dice adiós a la progesterona del ciclo anterior.
Esto significa más energía y un estado de ánimo levantado -sí, aunque no lo parezca cuando te ves obligada a usar una toalla en lugar de un tampón porque olvidaste comprar más-.
Entrenamiento ideal para la fase folicular:
Con la energía a tope, es el momento perfecto para realizar actividades de alta intensidad.
Piensa en spinning, running o HIIT en el parque.
Y ya que estás al aire libre, ¿por qué no hacer que cada sesión cuente?
Complementa estos entrenamientos con una dieta rica en carbohidratos y probióticos (sí, el yogur no es sólo para el desayuno).
Por qué sincronizar con tu ciclo:
Sincronizar tu entrenamiento con tu ciclo menstrual no sólo te hace sentir como una diosa guerrera biohacking su vida, pero también tiene beneficios reales.
Menos lesiones, mejor recuperación y un uso más eficiente de la energía son sólo algunas de las ventajas.
Así que, mientras te preguntas si deberías correr cinco kilómetros más o simplemente dar un paseo más informal, recuerda que tu ciclo tiene la respuesta.
En conclusión:
Entrenar al aire libre este verano no tiene por qué ser sólo una serie de rutinas sudorosas y agotadoras.
Así que coge tu agua, tu crema solar y tu sentido del humor, y prepárate para sacar el máximo partido a tus entrenamientos veraniegos.
Recuerda, es tu verano, tu cuerpo, y ahora, tu ciclo también está en el equipo.
